lunes, 3 de diciembre de 2012

Caballeros & Bestias


Un dicho inglés afirma que "el fútbol es un juego de caballeros jugado por bestias y el rugby es un juego de bestias jugado por caballeros".
Y confieso que tiene mucha razón. En el campo donde juego al fútbol todos los Domingos, aquellos días en los que tenemos la “suerte” de comenzar a las 4 de la tarde, podemos presenciar el final del partido de rugby. Resulta sorprendente ver como, a la conclusión del encuentro, los jugadores de ambos equipos se aplauden y ovacionan para a continuación saludarse, todo un ejemplo de deportividad que tiene poca visibilidad.
Por desgracia, el deporte rey a todos los niveles no puede presumir de lo mismo. Este último fin de semana, volví de jugar muy contento. No por haber ganado, ni por haber marcado un gol, ni por haber jugado bien, mi alegría se debía a que tanto yo como todos mis compañeros llegábamos sanos a casa. Es tan increíble como veraz que esto ocurra, sobre todo en una liga municipal.
Es un deporte de contacto, donde es inevitable que surjan encontronazos, piques y alguna subida de tono, es un juego físico y la subida de pulsaciones te puede alterar un poco, pero nada más! Es un juego. Nada justifica las amenazas, intimidaciones, insultos de jugadores, ( y de los perros de presa de las gradas ). Desde los 13 años, los últimos 7 en esta competición, me he encontrado con varios macarras. Por desgracia, a su diminuto cerebro no le llega el riego sanguíneo básico.
A esta gente les ves venir desde casi los primeros minutos del partido. Son violentos desde el inicio, se ponen nerviosos con la primera adversidad, tienen cara de locos, se pelean hasta con los de su equipo y te amenazan con lisiarte simplemente por irles ganando. Por suerte, estoy orgulloso de formar parte de un grupo cuerdo, pacífico, que desprecia la violencia y que le gusta disfrutar del deporte. Eso sumado a la experiencia de muchos años recorriendo campos, te permite lidiar con estos novillos, ( el adjetivo es literal ), de manera que la supervivencia está casi garantizada. Pero no por ello, puedes evitar pasar malos momentos cuando el ganado que tienes en frente supera los límites del macarrismo.
Por parte de los ayuntamientos, organizaciones de las competiciones y resto de partes, deberían ser muy severos con estos sucesos e impedir que, aquellos cromañones incapaces de disputar un partido sin amenazar y buscar la agresión grave, puedan participar. Pero mucho me temo que esto funcionará como todo, primero deberá ocurrir un daño personal muy grave y será en ese momento cuando la maquinaria de la “justicia” girará con su particular lentitud a lomos del caballo del malo, el del dicho. Mientras tanto, a los que nos gusta el deporte, seguiremos yendo a jugar y pasarlo bien, e intentar denunciar por donde se pueda a estos cabestros.
Próximo capítulo, partido contra los amiguitos de los Sapiens, que ya nos dedicaron su poesía desde la grada. Don’t worry, me despediré antes de partir.

“El deporte es una estilización de la guerra.” Francisco Umbral

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