martes, 4 de octubre de 2011

La cinta transportadora


Por enésima vez, y siempre “colándome”, asistí a la feria de la Tecnología del SIMO, pero a diferencia de las veces anteriores, en esta ocasión la decepción fue importante.
Al llegar, tuve que acreditarme en la puerta, primero diciendo que soy funcionario, luego diciendo que me anoten como trabajador de HP y por último aceptando lo que tenían en su base de datos, trabajador de renault, ( al parecer al última excusa con la que me había colado ). Y una vez dentro dirigirme al salón 7, el único de la “Feria”. Fue un poco nostálgico acordarme de cuando iba con mis compañeros de universidad y necesitábamos todo el día para ver las 10 salas, apuntarnos a mil sorteos y registrarnos en múltiples plataformas con tal de poder subir a un ferrari virtual. Pero eso ya no existe.
El toque puramente empresarial y profesional demuestra que la crisis impide gastar esfuerzos, ( de todo tipo ), en entretener a unos jóvenes inquietos que hábilmente se colaban año tras año. Pero pese a ese carácter elitista, ( al parecer llevar traje y corbata es sinónimo de un gran conocimiento ), eché de menos a muchos de los grandes transatlánticos tecnológicos. Donde estaba Oracle? En serio Microsoft sólo puede ir con partners o en un stand del tamaño de mi habitación? Ha desaparecido el mundo bancario? Donde estaba el sector público? Eso si, felicitar a mis excolegas de HP que no faltaron a la cita con una gran puesta en escena que no estaba acompañada de personal demasiado cualificado, que ni siquiera fueron capaces de contestarme a la complicada pregunta ¿Qué precio tiene este ordenador por el que ni te he preguntado, ni necesito y en el que tanto interés estás poniendo en enseñarme?
Pero el momento en el que desistí fue cuando me di cuenta que no iba a ser capaz de obtener la información que más me interesaba. Después de encontrar varios lugares donde podían asesorarme sobre el uso de la tecnología cloudcomputing, ( la famosa nube ), en las Administraciones, me di de bruces con personas que sólo fueron capaces de contarme el párrafo que se habían aprendido, hiciera la pregunta que fuese. Empezando por un joven que nervioso perdido, ( al parecer yo era la primera persona a la que tenía que atender ), no me contestó sobre lo que le pedí: cloud, ( palabra que aparecía en grande en su folleto ), y se puso a contarme como tienen ellos montados: “Sus RAID diez”, ( estuve a punto de corregirle por 1+0 pero hubiese sido muy pedante ), dicho en otras palabras es como si le preguntas a alguien por su edad y te cuenta lo que ha desayunado. A esto, tuve que sumar un asesor sobre Protección de Datos que tuvo la poca vergüenza de decirme que no había nada reglamentado sobre el impedimento para usar dicha tecnología en el ámbito público. Una comercial me aseguro que había pequeños proyectos, pero que no se acordaba del nombre y una inglesa me hizo darle mis datos para en un futuro cercano, mandarme sus productos hardware que ya le dije que me interesaban más bien poco. Todo por practicar el inglés!
Al final, lo que me apena es la notoria sensación de la falta de apuesta por las TIC, que bajo mi criterio es error grave. Sobre todo en estos tiempos de crisis, las TIC son la medicina, incluso la vacuna perfecta para mejorar y mantener los servicios públicos, ( esos que algunos se afanan en defender a la vez que atacan a los funcionarios... ), la creación de empleo, el desarrollo del país, el aumento del PIB y para poder prevenir o mitigar los efectos de futuras crisis.
En definitiva el desarrollo tecnológico se asemeja a una “cinta transportadora” como las que hay en los aeropuertos. Cuando caminamos por esa cinta en dirección contraria, si andas firme y con decisión, pese a la fuerza contraria, avanzas, pero si te quedas parado... retrocedes.