jueves, 21 de noviembre de 2013

La trágica bala mágica


"Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él." JKF.

Hace poco terminé de leerme una pequeña biografía de John Fitzgerald Kennedy, una breve edición que recoge la preparación, culminación y asesinato de una de las figuras políticas de la segunda mitad de siglo más admiradas.
Me imagino que resulta inevitable tener una idea preconcebida de esta personalidad, posiblemente basada en el volumen de reportajes publicados o en el áurea mítica que le ha rodeado siempre. Reconozco que en mi caso, la imagen era muy sobrevalorada. El libro lo cogí pensando que leería la vida de un individuo que fue profundamente amado y admirado por su pueblo, que arrasó allí donde estuvo, que se basó en unas ideas pacíficas e ilusionantes y que representó el modelo de estadista más completo. Sin embargo, me encontré con algo muy distinto:

Lo que primero me sorprendió fue su dificultad para ganar las elecciones generales. Aunque en su trayectoria , interna y externa en el partido, tuvo pocas derrotas, su perfil irlandés católico le supuso un obstáculo importante. Lo contrarrestó con un discurso a favor del Estado laico que me resultó sencillamente... brillante:
Creo en una America en la que la separación entre Iglesia y Estado sea absoluta, en la que ningún prelado católico pueda decirle a un presidente, aunque sea católico, lo que tiene que hacer, en la que ningún pastor pueda indicar a sus feligreses cómo tienen que votar. […] Creo en una America que no sea oficialmente católica, ni protestante, ni judía. […] Finalmente, creo en una America donde la intolerancia religiosa acabará un día u otro.

Creo.

Segundo, la dualidad Suerte y Tragedia. Una pareja antónima que le acompañó siempre, una unida a la otra. Desde sus mismos principios, en los que el favorito y número uno de la familia era su hermano mayor Joe, pero la guerra se lo llevó y brindó la oportunidad al débil Johnny de liderar el clan. Lo que perdió en la guerra lo ganó en la guerra, con una participación heroica. Su victoria en la primarias se basó en un golpe del destino ya que el día que había que votar no estaban preparadas las papeletas y hubo que esperar a la jornada siguiente, esas horas ganadas las aprovechó su potente equipo para ejercer un lobby que dio la vuelta a un resultado que 24 horas antes estaba perdido. Es esa misma Suerte/Trágica la que le condujo a la presidencia y le apartó de la misma aquel fatídico 22 de Noviembre de 1963. Es muy curioso, el paralelismo calcado con Abraham Lincoln, como conté en la afortunada chistera negra.

Tercero, Admiración utópica. Estuvo escasos 3 años, ( si llegó ), tiempo que considero insuficiente para llevar a cabo reformas de calado que traspasen las ataduras del tiempo. ¿ Entonces ? Su admiración se puede deber a su figura perfecta que dominaba la sociabilidad y encanto y por supuesto, junto a las circunstancias trágicas de su asesinato que convirtieron a la persona en mito. No hay nada como morir joven y en situación funesta para ser inmortal, ( JFK, Lennon, Marilyn Monroe, F. Mercury... larga lista ).

Cuarto y último, lo que aún no nos han contado. Hace mucho que nadie se cree el resultado de la comisión Warren, ni la teoría de la bala mágica, aquella que explicaba de forma surrealista la teoría de sólo dos disparos, sustentada en el recorrido que hizo la segunda bala girando y revotando hasta burlarse del sentido común. Sólo les faltó decir que el proyectil se sentó y condujo el coche hasta el hospital más cercano.
Con más sombras que luces, este dilema sin resolver debería culminar precisamente hoy. Con el 50 aniversario, por ley, se deben desclasificar todos los archivos secretos. Claro está, que para eso, tiene que haber una condición “sine qua non”, que aún existan.

Definitivamente, un personaje endiosado de forma justificada a veces, y exagerada otras tantas pero que ha sido y es referente en el ámbito político.

Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Las armas que no usamos. Twitter


“Los aviones son unos juguetes interesantes, pero no tienen interés militar” Marechal Ferdinand Foch, profesor de Estrategia Militar

La semana pasada, tuve la oportunidad de dar un curso sobre las posibilidades que la red social Twitter proporciona a la Administración. No deja de ser paradójico, que el mismo Ministerio que prohibe el acceso a las redes sociales desde la oficina, haya sido el propulsor de este curso de dos días. Se estructuró en una primera parte compuesta de principios, guías y recomendaciones para un Community Manager, pero desde la visión de un empleado público, y de forma más profunda, de la Administración. La segunda parte consistió en intentar ver como sacar partido a esas pautas, estudiando casos de éxito, ( como el de la cuenta de la Policía ), aprendiendo de errores o investigando sobre como obtener mayor influencia social.
Reconozco que esta experiencia como profesor, me ha permitido aprender mucho más sobre el rendimiento que podemos obtener de este “arma”.

Resulta evidente, que es allí donde están los ciudadanos, donde debe estar presente la Administración. Esta herramienta, proporciona una vía limpia y gratuita de publicidad, que en el ámbito de la Administraciones Públicas permitiría cubrir 3 objetivos:

    • Primero, dar a conocer los contenidos, informaciones y procedimientos que se les ofrece a los ciudadanos. Resulta frustrante empeñar una suma de dinero importante en desarrollar proyectos que dan como resultado un servicio que luego nadie usa por desconocimiento. Sólo un ejemplo, ¿ quién sabe que ya puedes cancelar antecedentes policiales por algo que sucedió hace tiempo ? Yo lo averigüe por un tweet de la Policía, y eso que no tengo antecedentes de ningún tipo.
    • Segundo,   amortizar el gasto anteriormente comentado. El empleo de los recursos tiene que tener sentido. Para ello debe buscarse el “éxito de uso” y la única forma que hay es darse a conocer. Además, no sólo se debe abrir una vía de comunicación con el ciudadano. La enorme presencia de empresas y medios de comunicación sugiere tener en cuenta a otros receptores de la información.
    • Tercero mejorar la imagen. Somos un ente sin ánimo de lucro, con vocación de servicio al público. Atravesamos tiempos de muy injusto desprestigio, fundamentado en diversas circunstancias que no vienen al caso debatir. Pero qué mejor forma de dar a conocer nuestro trabajo, labor, fin y resultados, que una plataforma sencilla y abierta a todos los ciudadanos.

En España, las cifras son irrefutables. El informe eEspaña2013, recoge datos interesantes. Somos el 5º país del mundo con más presencia en las Redes Sociales, más de 4,5 millones de españoles tienen Twitter, más de 300.000 siguen cuentas de algún organismo público. Casi la mitad de empresas nacionales tienen cuenta en twitter y si hablamos sólo de grandes empresas, este porcentaje aumenta hasta casi el 80%, a esto se une la presencia de la casi totalidad de medios de comunicación de televisión y radio en dicha red. Y cada vez son más los emprendedores especialistas en Social Media, cuya oficina de trabajo es exclusivamente la red Twitter.



Las posibilidades son enormes:
  • Comunicar al ciudadano.
  • Interactuar con él.
  • Obtener feedback.
  • Abrir otra “ventanilla” más hacia el público.
  • Relacionarse con otras entidades públicas y conocer mejor su actividad.
  • Publicitar y narrar en vivo eventos interesantes.
  • Monitorización sencilla sobre el grado de influencia de la cuenta.
  • Medición del grado de satisfacción del ciudadano y otros receptores.


En mi “discurso” final, hablé de una página donde encontré numerosas frases sobre predicciones erróneas a lo largo de la historia. Algunas tan curiosas como la poca utilidad que tendría un coche frente a un caballo, la muerte inminente de la luz eléctrica cuando se finalizará la exposición de París de 1889 o lo poco que usaríamos los móviles. Pero la que más me llamó la anterior es la que he utilizado para iniciar este post. Los aviones son unos juguetes interesantes, pero no tienen interés militar.


Es hora de empezar a evangelizar a nuestros jefes, para hacerles entender, que necesitamos este "juguete" para combatir en nuestra "guerra".