martes, 29 de enero de 2013

Treinta veces Treinta



Sin una razón de peso, estos días he estado obsesionado con buscar información alrededor del número 30. Un número que es esférico, harshad y el número Guiga más pequeño, ( no está mal para empezar ).

En Astrología, el círculo con la configuración del cielo y los planetas consta de 360º divididos en 12 signos de 30º. Para los Árabes este número equivalía a Lam, en Hebreo es Lamed y en Griego Lambda, que corresponde con nuestra L, ( la inicial de mi segundo nombre ).

El calendario musulmán, se basa en ciclos lunares de 30 años. Y pese a que en la Edad Media, se consideraba un día malo y peligroso, ya que era cuando los usureros cobraban sus intereses, con respecto a la edad, 30 años pueden dar para mucho:

Con 30 años, Julio César fue elegido cuestor de los Comicios. Cumplía 3 decenas Miguel Ángel, cuando en 1496 decidió partir para Roma, donde fue acreditado como un artista de primera línea.
Ivan III de Rusia, más conocido como El Terrible, sufrió la pérdida de su mujer, suceso que le volvió loco, cuando apenas había cumplido 6 lustros.La misma cantidad de años durante los cuales Isabel La Católica gobernó como reina de Castilla.
El Monasterio de El Escorial siempre será un símbolo de la victoria española en la Batalla de San Quintín. Con esa intención lo mandó levantar Felipe II a sus treinta años.
Había cumplido tres décadas el talentoso Beethoven cuando presentó la Primera Sinfonía. La misma edad con que Mozart estreno la archiconocida obra “Las Bodas de Fígaro”.
Los Episodios Nacionales significaron una manera de entender la memoria histórica de los españoles de la época. El genio Benito Perez Galdos los comenzó a publicar cuando le contemplaban 30 primaveras.
No necesitó más que 30 años el gran Napoleon para perpetrar un golpe de Estado, que le convirtió en Primer Cónsul de la República.
Esa proeza debió motivar a Jacinto Ruiz y Mendoza, héroe poco reconocido de la Guerra de la independencia, que a la misma edad que el “emperador”, participó en el Levantamiento del 2 de Mayo.
Esa costumbre provocó que con 30 años, Fernando VII promulgara el decreto que restablecía la monarquía absoluta y declaraba nula la Constitución de Cadiz.
A la aún no mencionada edad de treinta inviernos, era elegido miembro de la Royal Society, Darwin con la publicación de su obra Diario del viaje de Beagle.
El autor de la gran obra de Los Miserables, Victor Hugo, era treintañero cuando fue elegido senador y profundo militante en favor de la amnistía.
La creación de la empresa Bell Telephone Company fue un hito en el mundo de la comuniciaciones, sólo tenía treinta años Grahan Bell cuando se fundó.
Sorprendentemente, la insatisfacción de un conservador, y su atracción por el Partido Liberal, hizo que después de un receso en el Parlamento inglés, cruzara la sala y se sentara en la bancada de los liberales. Sólo tenía 30 años y se llamaba Winston Churchill.
J.F kennedy cumplía 3 décadas cuando fue asignado como nuevo representante por el estado de Massachusetts en la Cámara de Representantes.
A sus treinta primaveras, otro John, John Lennon se separaba de The Beatles. Lo hacía de forma voluntaria, a diferencia de Steve Jobs quien, con la misma edad fue despedido de la compañía que el mismo fundó, Apple y creó NeXT Computer.
Pero no sólo son personajes los que han revolucionado a sus 3 decenas. El protocolo TCP/IP puede celebrar este mes, que acaba de cumplir treinta años como herramienta global de la Red.

Decía Johan August Strindberg que cuando se tienen veinte años, uno cree haber resuelto el enigma del mundo; a los treinta reflexiona sobre él, y a los cuarenta descubre que es insoluble.

Pero parafraseando a Groucho Marx, debo confesar que nací a una edad muy temprana.

sábado, 19 de enero de 2013

La era de las Alforjas rotas


No sé muy bien porque, pero después de haber visto estos días en la televisión noticias de distintos ámbitos, me ha venido a la mente la siguiente historia sobre la avaricia y codicia humana:

" Un mendigo iba pidiendo por las casas con unas alforjas colgadas al hombro. Se lamentaba de su suerte y de que los ricos nunca estaban satisfechos: " Cada vez quieren más y más dineros. ! Parece que quieren apoderarse del mundo entero !
En cambio yo, si tuviera lo necesario para comer y para vestir, me sentiría del todo satisfecho...
Precisamente en aquel instante, LA FORTUNA , pasaba por la calle. Vio al mendigo, se detuvo a su lado y le dijo:
- Escucha hombre, hace mucho tiempo, que oigo tus lamentos y deseo ayudarte. Abre tus alforjas y sosténlas para recibir el oro que voy a regalarte. Pero con una condición: Todas las monedas que caigan en las alforjas serán para ti, pero las que caigan en el suelo, se convertirán en polvo.
- Si, si , lo comprendo : dijo el mendigo.
- entonces ten cuidado , advirtió la fortuna, tus alforjas son muy viejas y podrían romperse, si el peso es demasiado grande.
Tan satisfecho estaba el mendigo , que rápidamente abrió sus alforjas, y en ellas en un momento cayó un torrente de monedas de oro, ! las alforjas empezaron a pesar demasiado !
-¿ Es suficiente ? preguntó la FORTUNA
- ! Todavía no, aún cabe mucho más !
- No temes que se rompan, decía la FORTUNA
- No, no se romperá, lo tengo controlado.- Había agitación en su voz, más que por miedo por ambición. Las manos del mendigo comenzaron a temblar,
- ! Aun caben más !
- Pero ya eres el hombre más rico del mundo, intervino la FORTUNA.
- NO, no, caben unas pocas más.
Cayeron unas pocas mas y ......las alforjas se reventaron, el tesoro se vino a tierra, y las monedas se convirtieron en polvo.

La fortuna se fue y el mendigo quedó mas pobre que antes, sus lamentos teñidos de desesperación."


Epicuro de Samos: "
¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia."