miércoles, 1 de enero de 2014

Bluetooth, el gran rey nórdico y el Pollo Desconocido


A quien se le ocurre tener dos hijos, a uno ponerle de nombre Carlos y al otro Carloman. El destino quiso que uno falleciera y el otro pasara a ser el histórico Carlomagno... pero no, no fue Carloman, el afortunado fue Carlos. De otra manera, hubiera sido Carlomanmagno, nombre mucho menos glamuroso. A veces el destino sabe lo que hace. De todos modos, este enredo nominal de esta pareja de hermanos, no debería de extrañarnos, siendo hijos de quien eran... Pipino “el breve”.

Aunque ya he escrito sobre otras curiosidades históricas como la vida de Lincoln, en este post, citaré tres anécdotas desde un tono más divertido y a veces surrealista:

Empezando por el dramaturgo Esquilo del siglo V a.C. , quien vivió atemorizado por la predicción que le hizo el Oráculo de Delfos, “morirás aplastado por una casa”. Prudentemente, se fue a vivir fuera de la ciudad, para evitar edificios amenazantes, sin embargo, la mala suerte quiso que un quebrantahuesos planeara con una tortuga entre sus garras, buscando una roca contra la que soltar la tortuga y poder darse un festín al romper el caparazón. Este quebrantahuesos no debía ser un lince, visualmente hablando, y confundió la cabeza de Esquilo con una roca. La tortuga y su caparazón-casa cayeron contra dicha cabeza, burlándose del destino del pobre Esquilo.

El “potente ejército” que la marina estadounidenses mandó a la guerra del golfo de 1991 estaba compuesto por un batallón de élite... 43 gallinas. Al parecer, las aves son más sensibles que los seres humanos a las armas químicas y biológicas, así que, si enfermaban súbitamente, los soldados sabrían que tenían que ponerse las máscaras de gas. La desgracia se cebó con este pelotón y todas las gallinas, excepto dos, perecieron nada más llegar a Kuwait, sin que se conocieran las causas. Las 41 aves fueron enterradas con todos los honores, al lado del cuartel, con lápidas de madera en sus tumbas, sin que los marines olvidasen dedicar una al "Pollo Desconocido".

No puedo acabar el post sin hacer referencia al título elegido. Harald Blatand tiene una curiosa anécdota que justifica el uso de su apellido, traducido como Bluetooth, en la tecnología actual. Rey Danés del siglo X, y del pueblo noruego también, una vez recibió la visita de un monje germano que tenía la misión de convencerle de la existencia de un único Dios cristiano. El rey nórdico, que desconfiaba, le retó, desafiándole a tocar con la mano un hierro al rojo vivo. Si era verdad la existencia de un único Dios, Éste le protegería. Milagrosamente el monje no sufrió daño alguno y Harald, maravillado, se convirtió al cristianismo. Su perseverancia, insistencia y capacidad de diálogo, hizo que convirtiera al cristianismo a su pueblo danés. Este don de comunicación que demostró el rey Bluetooth, inspiró a la compañía Ericssoon para poner su nombre a la tecnología que inventaron.

“A veces una broma, una anécdota, un momento insignificante, nos pintan mejor a un hombre ilustre, que las mayores proezas o las batallas más sangrientas.” Plutarco

No hay comentarios:

Publicar un comentario