lunes, 16 de mayo de 2011

Circuncisión si o no?, esa es la cuestión


Siento decepcionar a quien acceda esperando leer un relato macabro o escabroso, pero el título sólo es un gancho que viene a cuento para recomendar el último libro que he leído y con el que he disfrutado muchísimo, EL PALESTINO, de Antonio Salas, el autor de Diario de un Skin. El hecho de tratarse de una obra sobre una infiltración real, hace que en ocasiones puedas sentir el mismo pánico y tensión cuando está cerca de ser descubierto. Sabes que no es una novela más, sabes que es real y por tanto cuesta menos involucrarte con lo que lees, teniendo claro una cosa: la realidad siempre supera a la ficción.

Evitaré decir nada acerca de sus ideas y/o mensajes que lanza, para no parecer un cerebro-lavado, pero si creo que se pueden sacar conclusiones sobre aspectos en los cuales, al menos yo, no había puesto mi atención.

Quizás el primero sería, Todos somos iguales, ya sé que esta valoración es una constante en cualquier persona con un mínimo de tolerancia, pero en realidad, en los momentos claves, nuestros prejuicios nos ahogan, transformando los casos puntuales en generalizaciones. Violadores, maltratadores, terroristas o pedófilos, los hay en todos los países, religiones, ideologías y razas.

El segundo que yo obtuve, se resume en que nos llega?, no pondré ningún caso concreto, pero el libro te dibuja varias situaciones en las que se demuestra como a veces sólo oímos una versión, una foto, una idea, un bando, una víctima. El poder de los medios de comunicación consigue influir en nuestros puntos de vista; a veces hay que ser escéptico o al menos, precavido.

Y tercero, te das cuenta de lo difícil que puede ser a veces comprender los problemas que tienen otros pueblos, simplemente porque los vemos y/o escuchamos desde nuestro sofa de casa. Me llamó mucho la atención el párrafo donde dice que << toda mi enérgica repulsa a toda forma de lucha armada son fruto de mi condición de acomodado burgués occidental. Yo puedo permitirme ser pacifista y abominar la violencia. Puedo argumentar, desde mi cómodo teclado de ordenador, que las armas y las bombas sólo generan dolor y venganza. Y además sé que es así. Pero puedo hacerlo porque soy un europeo que vive en un cómodo piso alejado de todo conflicto. Hoy sé, que si yo hubiese estado en Gaza, o en las selvas de Colombia, o en las calles de Bagdad, probablemente mi comportamiento y mi percepción sobre el terrorismo sería diferente.>>; Yo hago mío ese argumento, siempre estaré en contra de cualquier forma de violencia sea la causa justa o no... pero como humano, ( a veces visceral ), que soy, no sé si puedo prometer lo mismo si un día destruyen mi casa, matan a mis familiares o amigos por cuestiones razonables o no.

Anécdotas, curiosidades de otras culturas y corrección de ideas preconcebidas llenan el libro alrededor de una objetividad basada en una simple narración de hechos vividos que pueden hacernos pensar.

Recomendable para cualquiera que le apetezca aprender algo distinto acerca de gente que tenemos lejos, ( física o socialmente ), y de la cual no sabemos lo suficiente como para hacer un juicio de valor real.

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