domingo, 28 de febrero de 2016

Espiando a mi vecina

Se llama Lorea, su cumpleaños es el 15 de Mayo y lo que más me gusta de ella es su seguridad en sí misma.

Hace poco tuve una discusión con unos amigos acerca del complejo equilibrio entre la intimidad de los usuarios de internet y la seguridad nacional o global. ¿Es correcto asumir que se pueda espiar nuestros mensajes, navegaciones, móviles etc en favor de fortalecer la protección de un Estado? Creo que se trata de una peligrosa balanza donde, desde los atentados del 11-S, se ha potenciado una tendencia a invadir nuestra intimidad con la justificación de la seguridad. Estoy de acuerdo en el importante papel que hacen nuestros servicios secretos, (en concreto los españoles están realizando un trabajo increíble), pero no comparto el precio tan alto que nos piden pagar. El argumento más pueril que he oído se basa en la idea que si no tienes nada que esconder qué más da que accedan a tu información. Error! Eso se llama sometimiento, y por supuesto que tenemos algo que esconder, o al menor sólo compartir a decisión nuestra, nuestra vida e intimidad. Que nadie se engañe y piense que no tiene nada de interés para los servicios secretos, hackers, crackers o multinacionales, este mundo no funciona así, su estrategia es diferente. Primero obtengo tu información y luego ya veré si me sirve. 
El colmo del “Gran Hermano” es la vigilancia parental, traducida en aplicaciones dirigidas a controlar a hijos, (o amigos, parejas, exparejas, obsesiones etc.), tales como find my friend, MSPY, PcPandora o Webwatcher entre otras. Control. Robo. 

Y para avanzar en esta reflexión habría que preguntarse, ¿tenemos alguna manera de defendernos?¿de proteger nuestra intimidad? La respuesta es no, pero con matices. Podemos ponerle trabas al “ladrón” que puedan disuadirle, pero es realmente difícil securizar nuestro perfil de internet dentro del estilo de vida actual que llevamos. 

Me estoy terminando de leer “Los hombres que susurraban a las máquinas”, de Antonio Salas, (el autor de Diario de un Skin). Un libro menos paranoico de lo que esperaba pero que si te enseña algunas premisas menos conocidas. Desde nuestros navegadores tenemos acceso al 4% del contenido que hay en la web, nada más. El resto, se encuentra en redes como TOR, un sistema paralelo a internet que proporciona a sus usuarios privacidad y anonimato en la navegación, (no recomendado para quien no sepa lo que hace). Y es ahí donde se agrupan, además de espías, servicios secretos, vendedores de armas etc. las mentes más depravadas e inhumanas que hayamos podido imaginar. Y es en este punto donde quiero pedir a todos los que me lean que no cuelguen en las diferentes redes fotos de sus hij@s, sobrin@s, en definitiva menores, tanto si es en bañador como vestidos tan normales. Hay un verdadero mercadeo en esos intramundos, (lo he visto yo mismo), donde gente degenerada paga auténticas fortunas por muchas de esas fotos que nos parecen tan normales e inocentes...


Por tanto, propongo que “entremos en casa” de Lorea, la red social programada durante el 15-M, que busca proporcionar esa seguridad que redes como Facebook, twitter, instagram etc. no nos dan. Ya lo dice el escritor Milan Kundera, “la persona que pierde su intimidad lo pierde todo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario