Words make speeches
"Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos". Confucio
sábado, 30 de septiembre de 2017
El rapto de Europa
Hace miles de años, el dios griego Zeus se fijó en la bella princesa de Fenicia de nombre Europa, hija de los reyes de Tiro. Para tomarla, se transformó en un imponente toro blanco que se mezcló con el resto de reses que tenía el rey de Tiro. La joven, atraída por atractivo del animal se acercó a acariciarlo y en un arrebato de confianza, Europa montó al animal. En ese momento, la bestia emprendió un prodigioso viaje a través del mar. Desde entonces hasta ahora, sus hermanos y familiares recorren el contienen buscándola. Buscando a Europa.
El mito griego con el que se pretende explicar el origen de la denominación del continente, es asombrosamente metafórico. Desde la ocurrencia de Herodoto, Ovidio o quien fuera, la frágil Europa ha sido seducida por innumerables toros blancos que han conseguido secuestrarla a territorios hostiles, falsos y/o temerarios disponiendo una historia cruel, dramática y enfermiza.
Su pasión por el aura de dioses menores, le ha conducido durante su vida a acariciar amantes beligerantes, a sobrevivir a crisis sobre su condición religiosa, a tener que curar graves enfermedades como en nazismo y el comunismo y a padecer fracturas internas en sus músculos y huesos frágiles. Una bella princesa, cuya belleza aún mantiene, casi en paralelo con su ingenuidad.
Las ironías del mito, hacen que las puertas del Consejo europeo de Bruselas, estén presididas por la misma escultura que representa el Rapto. Un tatuaje de su realidad, en el mismo cerebro de la princesa fenicia.
Los actuales toros blancos han formado un triunvirato que se disputan las extremidades de la aún inocente princesa. El peligroso auge de la extrema derecha, el ruido molesto e incesante de los populismos sureños y el siempre egoísta victimismo nacionalista, amenazan con repetir el mito de Zeus.
De los diversos cuadros famosos que se han pintado sobre el mito, (Rubens, Rembrant, Picasso o Tiziano), el que más me gusta es el de Goya. Será porque ha sido de los pocos que se ha saltado la descripción exhaustiva del mito y ha pintado el toro de color negro... como el futuro de la princesa fenicia si vuelve a subirse a lomos de alguno de las nuevas bestias que hoy le seducen.
domingo, 11 de diciembre de 2016
Siendo un cínico
“Las grandes personas son como el fuego, conviene no acercarse mucho ni alejarse demasiado”
Descubrí hace poco la verdadera historia de
Diógenes de Sínope, el filósofo griego que da nombre al síndrome
o trastorno, caracterizado por el abandono personal y social. Para
que quede más gráfico, el despojo que ves en el espejo la mañana
de resaca.
Es un personaje muy útil, tanto por su vertiente de
trastorno y desorden como su vida desprendida de todo aquello que le
causaba infelicidad... ¿o acaso no irán ambas unidas? Tampoco
exageremos! Aún así, cuando vas cumpliendo lustros te empiezas a
cuestionar los elementos que te rodean y que no te proporcionan
comodidad ni felicidad. Si os desprendéis de todas ellas… seréis
unos cínicos! como Diógenes, … un despojo.
Qué paradoja! Cuando te encuentras nadando lejos de
la cresta de la ola, te pones a mirar a tu alrededor y observas la
cantidad de elementos que podrías desprenderte para ser más feliz.
Ante eso tienes dos opciones, alejarlos de tu vida… y te conviertes
en un cínico, o mantenerlas… y te conviertes en un loco con
síndrome de Diógenes.
Pero en realidad no es culpa nuestra, al menos en
parte. La inundación actual de todo tipo de actividades, eventos,
trabajos, personajes, jefes, amigos, objetos, costumbres, hobbies,
relaciones, sueños, postureos, insatisfacciones, mensajes, metas,
desafíos… ¿sigo? adversidades, problemas, encrucijadas,
imposiciones, proyectos, aventuras, necesidades innecesarias... nos
confunden y ya no sabemos qué es lo que realmente nos sobra… Para
eso hay que reflexionar y recortar, (aquí si que mola la palabra
recortar).
De esta manera, habría que parecerse a Winston
Smith, qué gran personaje! Y romper con las cadenas que nos atan y
nos sobran, y así convertirnos en cínicos, pero como Diógenes, no
como Pablo Iglesias.
“En un tiempo de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario”
domingo, 28 de febrero de 2016
Espiando a mi vecina

El colmo del “Gran Hermano” es la vigilancia parental, traducida en aplicaciones dirigidas a controlar a hijos, (o amigos, parejas, exparejas, obsesiones etc.), tales como find my friend, MSPY, PcPandora o Webwatcher entre otras. Control. Robo.
Por tanto, propongo que “entremos en casa” de Lorea, la red social programada durante el 15-M, que busca proporcionar esa seguridad que redes como Facebook, twitter, instagram etc. no nos dan. Ya lo dice el escritor Milan Kundera, “la persona que pierde su intimidad lo pierde todo”.
domingo, 10 de enero de 2016
Nuestra lucha

Cuando
nos encontramos en un momento revuelto, con Europa en general y
Alemania en particular sumidos en dudas existenciales, se presenta,
(o reedita), ante el mundo literario un libro tan polémico como Mein
Kampf.
La
obra del dictador germano ha estado prohibida en su país durante más
de 60 años, lo que no significa que sea difícil tener acceso a un
ejemplar. Sin ir más lejos, un servidor ha tenido la oportunidad de
leerlo sin mucha dificultad, buscando a través de internet.
Consiste
en una autografía que desemboca en un ideario extremo cuyas
consecuencias hay que conocer. Cierto es que oculta episodios
polémicos de su vida, tales como su época en Viena donde se agarró
a la prostitución gay o sus más que seguros orígenes judíos, pero
bueno, quién contaría en sus memorias sus momentos más escabrosos,
si ni siquiera el respetado Nobel Stefan Zweig fue capaz de recoger
en “El mundo de ayer” su depravación sexual.
Estoy
a favor de permitir a nuestras generaciones su lectura y estudio,
aunque reconozco los riesgos que representa por su posible mal
interpretación, más aún cuando nos enfrentamos a desafíos
culturales que nos pueden radicalizar. Pero hoy en día, ¿qué más
da? Si ya nos encontramos envueltos en cantos de sirenas de pelo
largo.
Pronostico
dos posibles escenarios de su lectura:
Primero,
el positivo. Entender que las palabras, tanto si son declaradas como
plasmadas en un texto, tienen el mismo peligro y riesgo que las
acciones ejecutadas. Hay que aprender a detectar, reconocer y
localizar focos incendiarios disfrazados de hábiles discursos o
párrafos que se sustentan en la desesperación ajena, hambrienta de
responsabilizar a alguien.
Segundo,
el negativo. No comprender. Todo tiene un contexto y circunstancias
que se deben conocer y entender... y por último aprender. No podemos
dejarnos seducir por simples frases elocuentes, ensalzadas con tonos
elevados y que buscan aprovecharse de nuestra sensibilidad para
programarnos hacia un camino donde el rencor es la energía que ayuda
a continuar.
Es
en momentos de crisis social, cuando la locura viaja por el aire,
contagia la masas y nos empuja a la confrontación fratricida.
Tengamos los ojos abiertos
Por
cierto, si alguien se ha asustado con el icono que precede a este
post, indicarle que se trata de una sauvástica. La cruz gamada con
sus puntas girando hacia la izquierda, en el sentido contrario a la
simbología extremista... como este artículo.
domingo, 13 de diciembre de 2015
El carpintero Seatle
Un
carpintero, estaba a punto de jubilarse. Le comunicó a su jefe, la
decisión de dejar el negocio de la construcción, para poder llevar
una vida más placentera junto a su esposa y así disfrutar los
últimos años de su vida.
Su jefe, lamentó perder al mejor
empleado. Pero antes de que se retirara definitivamente de su
trabajo, le pidió que construyera una última casa.
El carpintero,
accedió por compromiso. No puso mucho esmero, ni entusiasmo en el
trabajo, como en otras épocas, no cuidó los detalles. Así que la
construcción, no impresionaba, incluso los materiales que usó eran
de inferior calidad.
Una vez finalizado el trabajo, el
carpintero invitó a su jefe a visitarla. Hicieron un recorrido por
la casa y al finalizar, le entregó a él las llaves de la puerta y
le dijo:
Querido
amigo, esta casa es tuya. Es mi regalo por todos los esfuerzos que
pusiste en la empresa, durante 40 años.
El
carpintero, emocionado, agradeció el regalo pero a su vez se sintió
avergonzado por no haberse esforzado en construir su casa más cuidada
y acogedora.
Ayer,
12 de Diciembre, en París se firmó el acuerdo contra el cambio
climático. Un ambicioso compromiso vinculante que pretende rescatar
nuestro planeta del desgaste continuo, constante y dañino que
produce la huella humana. Se ve que después de varias cumbres vacías e inocuas como Río 2012 o Lima 2014, la gravedad del problema ha instado a los
máximos representantes a buscar soluciones reales que nos permitan
volver a respirar aire puro.
Pero
no hay que engañarse. El fruto de ayer no es más que un papel, (de
40 hojas), inerte e inanimado que requiere y exige de la
materialización de los acuerdos firmados. No seamos tan estúpidos
como el carpintero del cuento que cegado, no vio que su último
trabajo consistió en construir su hogar.
Hay
un podcast espectacular sobre la vida del indio Seatle. Recoge la
mítica proclama que lanzó cuando tuvo que mal vender su tierra al
fusil del hombre blanco. Su mensaje ecologista ha sido el más
inspirador de la historia con frases tan certeras como "Todo
lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra".
Él si que fue un “buen carpintero”.
viernes, 29 de mayo de 2015
Silbando Flower of Scotland
En mi viaje a Escocia, pude ver los grandes paisajes de las “Highlands”
que, además de evocar naturaleza y salvajismo, arrastran un toque de epopeya
vivido allí a lo largo de los siglos. Ese sentimiento lo recogen en la letra de
su himno cuando recitan
“Your like again,
That fought and died for,
Your wee bit hill and glen,”
That fought and died for,
Your wee bit hill and glen,”
“otros iguales de nuevo,
que lucharon y murieron por
tu pequeña colina y cañada,”
que lucharon y murieron por
tu pequeña colina y cañada,”
Es sencillo encontrar en youtube videos sobre el canto del himno escocés previo a un encuentro de rugby contra su vecina Inglaterra. En ellos, se percibe una atmósfera de respeto incluso cuando llegan versos como los siguientes:
“And stood against
him,
Proud Edward's Army,
And sent him homeward,
Tae think again.”
Proud Edward's Army,
And sent him homeward,
Tae think again.”
“y resistieron contra él,
el ejército del orgulloso Eduardo,
y lo enviaron a casa,
a pensárselo de nuevo.”
el ejército del orgulloso Eduardo,
y lo enviaron a casa,
a pensárselo de nuevo.”
Hace unos años, Francia se quejó formalmente por la actitud de los
aficionados españoles durante la audición del la Marsellesa. Hubo que
explicarles que no se trataba de un acto irrespetuoso y malintencionado contra
su símbolo, sino que nuestro catetismo ilustrado más primitivo nos empujaba a
ridiculizar los “elementos sagrados” de los rivales, como medio de intimidación,
es decir, una demostración de ineptitud colectiva más propia de trogloditas.
Yo propongo, humildemente, que contra todo pronóstico y haciendo un
último alarde de coherencia, esos aficionados contradigan el resultado del
informe PISA y disfruten del evento sin necesidad de ahogar sus penas manipuladas
con sonidos de viento.
Desconozco los motivos, argumentos y bases históricas en que se basa
tal comportamiento, pero responderé al mismo con mis versos favoritos de Flower
of Scotland, que muy sabiamente dicen:
“Those days are passed
now
And in the past they
must remain”
“Esos días ya pasaron
Y en
el pasado deben permanecer”
miércoles, 31 de diciembre de 2014
Auténtico observador: Mi viaje a India
Cuenta una antigua leyenda hindú que hubo un tiempo en el que
todos los hombres que vivían sobre la Tierra eran dioses. Pero el abuso que
hicieron de su divinidad enfureció a Brahma, el dios supremo, tanto que decidió
privarlos del aliento divino del que gozaban. Propuso esconderlo donde jamás
pudieran encontrarlo y emplearlo nuevamente para el mal. Para buscar ese
recóndito lugar, convocó a todos los dioses menores. Primero propusieron
esconder la divinidad del hombre en lo profundo de la tierra pero Brahma se
negó porque el hombre cavará profundamente en la tierra y lo terminará
encontrando. Entonces los dioses propusieron sumergirlo en lo más profundo de
los océanos pero dijo Brahma, "que tarde o temprano el hombre aprenderá a
sumergirse en el océano y también allí lo encontrará". Entonces los dioses
menores optaron por esconderlo en la montaña más alta, sin embargo Brahma
volvió a replicar, "porque un día el hombre subirá a todas las montañas de
la tierra y capturará de nuevo su aliento divino". Los dioses menores,
desconcertados, se dieron por vencidos, y dijo Brahma: "Escondedla dentro
del hombre mismo; jamás pensará en buscarla allí". Y así lo hicieron.
Oculto en el interior de cada ser humano hay un algo divino. Y desde la noche
de los tiempos, dice la leyenda, que el hombre ha recorrido la tierra, ha
bajado a los océanos, ha subido a las montañas buscando esa cualidad que lo
hace semejante a Dios y que todo el tiempo ha llevado siempre en su interior.
El
objetivo de mi reciente viaje a India, no ha sido buscar esa cualidad divina
que se esconde en nuestro interior, aunque si he podido explorarlo bastante. Si
no disfrutar de una aventura nueva en un mundo completamente diferente al
nuestro.
Me
resulta imposible poder resumir, a la vez que explicar y detallar, todo lo que
he vivido, conocido y descubierto en esos 15 días. Por tanto, he decidido concentrarlo
en una pequeña muestra, describiendo el top 5 de mejores momentos durante mi
experiencia hindú:
En quinto
lugar, “la llegada”. Es lo mejor de India, la primera vez, la primera
impresión, el primer golpe. Nada más salir del aeropuerto me estaban esperando
cientos de indios que observaban a todo el que salía, (seguro que la mayoría no
esperaban a nadie, sólo estaban cotilleando). Estampa surrealista, con un calor
y humedad severo, una masa de gente mirándome como si yo fuera… si! en realidad el raro y exótico en ese
lugar era yo. Desde allí mi ruta hasta la casa donde me alojada fue en un
estrambótico rickshaw, con el que, durante una hora, fuimos esquivando motos,
adelantando elefantes y sesteando coches.
En cuarto
lugar elijo algo más tranquilo, el atardecer en black beach. Una playa
paradisiaca, de arenas negras y marrones, con el sol poniéndose y un mar
bastante embravecido. El revoltoso Índico me obligó a ver el atardecer desde la
orilla, ya que en sus aguas llevaba ya varios revolcones que dejaban de ser
graciosos… Creo que, junto con el atardecer en la mítica Estambul, es la mejor
puesta de sol que he visto.
Cuando
estás en India eres incapaz de evitar envolverte en un aire místico, en tercer lugar sitúo el encuentro con Amma, Mata Amritanandamayi Devi . Considerada por los hindús como una
divinidad corpórea, se trata de la última gurú viva en la India, a la altura de
Sivananda, Shivaguiri, Osho y otros más. Famosa por la energía que transmite
cuando abraza, fuimos a conocer su ashram un día en el que no estaba previsto
ningún encuentro. Después de una paliza de 2 horas en moto, cruzando ciudades
donde la verdadera jungla está en las calles y no en sus bosques frondosos, nuestra
proeza tuvo recompensa. En un hall inmenso, donde reposaban más 300 personas,
se encontraba presidiendo el Amma. Todo fue muy rápido, pero lo único que sé es
que de repente nos vimos empujados hasta la misma mesa donde se encontraba la
mujer divina, la cual nos sirvió de sus propias manos la comida que tomamos.
Fue muy emocionante e intenso, pero reconozco que no lo viví como lo hubiera
hecho cualquier de esas personas que viven
una enorme devoción hacia esta mujer.
Como
suele ocurrir, las mejores experiencias son las que surgen sin planearse. En
segunda posición elijo el puesto improvisado de forja. Imaginad ir en moto por
un pueblo indio y de repente, a un lado de la acera, se amontona la gente para
observar un puesto familiar. Un grupo de 8 o 10 personas estaban forjando
herramientas de hierro y vendiéndolas. Lo más impresionante era que se trataba
del proceso completo de fabricación. Las mujeres movían una polea cuyo giro
provocaba una fricción que expulsaba calor, este calor era aprovechado para moldear
las herramientas a la vez que se daban forma a martillazos sobre un yunque.
Cada herramienta que estaba lista se ponía en una tela a la vista de todos para
pujar por ella. Un espectáculo incluso para los indios…
Pero el
mejor momento fue la visita a un colegio. Por supuesto tampoco fue planeado.
Mientras íbamos en moto por un poblado perdido, paramos de repente frente a un
colegio infantil cuyos niños estaban a esa hora en el recreo. Sólo hizo falta
parar la moto para que todo se revolucionara. Viendo el pueblo perdido en el
que estábamos y la reacción de los chavales, apuesto a que muy pocos habían
visto antes a un occidental. Entramos en el colegio y todo se desmadró. No creo
que llegara a más de 5 minutos nuestra pequeña visita, pero el ajetreo de los
niños lo convirtió en una experiencia memorable. Un baño de masas donde decenas
de manos te saludaban, nos preguntaban
nuestros nombres, te enseñaban sus aulas etc. ante la presencia del
asombrado profesor que, como nosotros, estaba superado por la situación de
alegría incontrolada de los niños. Fue tan absorbente, que no me acordé de
sacar la cámara de fotos hasta que nos montamos de nuevo en la moto. Decidiendo
que era mejor dejarlo así, sin imágenes.
El poeta alemán Novalis decía que "el auténtico observador contempla tranquila y despreocupadamente los nuevos tiempos revolucionarios". Y esa es la perfecta definición de India, auténtico observador.
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