“Los
aviones son unos juguetes interesantes, pero no tienen interés
militar” Marechal Ferdinand Foch,
profesor de Estrategia Militar
La
semana pasada, tuve la oportunidad de dar un curso sobre las
posibilidades que la red social Twitter proporciona a la
Administración. No deja de ser paradójico, que el mismo Ministerio
que prohibe el acceso a las redes sociales desde la oficina, haya
sido el propulsor de este curso de dos días. Se estructuró
en una primera parte compuesta de principios, guías y
recomendaciones para un Community Manager, pero desde la visión de
un empleado público, y de forma más profunda, de la Administración.
La segunda parte consistió en intentar ver como sacar partido a esas pautas, estudiando casos de éxito, ( como el de la cuenta de la
Policía ), aprendiendo de errores o investigando sobre como obtener
mayor influencia social.
Reconozco
que esta experiencia como profesor, me ha permitido aprender mucho
más sobre el rendimiento que podemos obtener de este “arma”.
Resulta
evidente, que es allí donde están los ciudadanos, donde debe estar
presente la Administración. Esta herramienta, proporciona una vía
limpia y gratuita de publicidad, que en el ámbito de la
Administraciones Públicas permitiría cubrir 3 objetivos:
- Primero, dar a conocer los contenidos, informaciones y procedimientos que se les ofrece a los ciudadanos. Resulta frustrante empeñar una suma de dinero importante en desarrollar proyectos que dan como resultado un servicio que luego nadie usa por desconocimiento. Sólo un ejemplo, ¿ quién sabe que ya puedes cancelar antecedentes policiales por algo que sucedió hace tiempo ? Yo lo averigüe por un tweet de la Policía, y eso que no tengo antecedentes de ningún tipo.
- Segundo, amortizar el gasto anteriormente comentado. El empleo de los recursos tiene que tener sentido. Para ello debe buscarse el “éxito de uso” y la única forma que hay es darse a conocer. Además, no sólo se debe abrir una vía de comunicación con el ciudadano. La enorme presencia de empresas y medios de comunicación sugiere tener en cuenta a otros receptores de la información.
- Tercero mejorar la imagen. Somos un ente sin ánimo de lucro, con vocación de servicio al público. Atravesamos tiempos de muy injusto desprestigio, fundamentado en diversas circunstancias que no vienen al caso debatir. Pero qué mejor forma de dar a conocer nuestro trabajo, labor, fin y resultados, que una plataforma sencilla y abierta a todos los ciudadanos.
En
España, las cifras son irrefutables. El informe eEspaña2013, recoge
datos interesantes. Somos el 5º país del mundo con más presencia
en las Redes Sociales, más de 4,5 millones de españoles tienen
Twitter, más de 300.000 siguen cuentas de algún organismo público.
Casi la mitad de empresas nacionales tienen cuenta en twitter y si
hablamos sólo de grandes empresas, este porcentaje aumenta hasta
casi el 80%, a esto se une la presencia de la casi totalidad de
medios de comunicación de televisión y radio en dicha red. Y cada vez son
más los emprendedores especialistas en Social Media, cuya oficina de
trabajo es exclusivamente la red Twitter.
Las posibilidades son enormes:
- Comunicar al ciudadano.
- Interactuar con él.
- Obtener feedback.
- Abrir otra “ventanilla” más hacia el público.
- Relacionarse con otras entidades públicas y conocer mejor su actividad.
- Publicitar y narrar en vivo eventos interesantes.
- Monitorización sencilla sobre el grado de influencia de la cuenta.
- Medición del grado de satisfacción del ciudadano y otros receptores.
En mi “discurso” final, hablé de una página donde encontré numerosas frases sobre predicciones erróneas a lo largo de la historia. Algunas tan curiosas como la poca utilidad que tendría un coche frente a un caballo, la muerte inminente de la luz eléctrica cuando se finalizará la exposición de París de 1889 o lo poco que usaríamos los móviles. Pero la que más me llamó la anterior es la que he utilizado para iniciar este post. Los aviones son unos juguetes interesantes, pero no tienen interés militar.
Es hora de empezar a evangelizar a nuestros jefes, para hacerles entender, que necesitamos este "juguete" para combatir en nuestra "guerra".
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